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Impacto histórico y estratégico de los aranceles recíprocos

  • Foto del escritor: Santiago Vitagliano
    Santiago Vitagliano
  • hace 7 días
  • 4 Min. de lectura

Compensaciones intertemporales en la economía política global


Blend of Business

Los aranceles recíprocos —barreras comerciales mutuamente impuestas en respuesta al proteccionismo extranjero— han surgido repetidamente a lo largo de la historia económica moderna como una herramienta política reactiva para abordar las asimetrías percibidas en el comercio global. Desde la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930 hasta la escalada arancelaria entre Estados Unidos y China en 2018-2019, los aranceles recíprocos ofrecen una vía políticamente conveniente de compensación que puede generar beneficios estratégicos o distributivos a corto plazo, pero que consistentemente implica costos sustanciales a largo plazo en términos de eficiencia, innovación y bienestar.


I. Arco histórico: De la protección a la represalia y al colapso


La Ley Smoot-Hawley de 1930, que elevó los aranceles estadounidenses a más de 20.000 importaciones, provocó represalias por parte de más de dos docenas de países y contribuyó a un desplome del 67 % en el volumen del comercio mundial para 1933 (Irwin, 2011). Casi un siglo después, la guerra comercial entre Estados Unidos y China bajo la administración Trump siguió un patrón paralelo: los aranceles iniciales, destinados a reequilibrar los déficits comerciales, condujeron a represalias y a una disrupción generalizada de las cadenas de suministro multinacionales, lo que en última instancia perjudicó a consumidores y exportadores de ambas partes (Fajgelbaum et al., 2020).


Estos episodios ponen de relieve un patrón recurrente: los aranceles recíprocos ofrecen una señalización inmediata y una influencia distributiva, pero a menudo desembocan en una represalia estratégica que inflige un daño económico generalizado.


II. Efectos a corto plazo: Señalización política y blindaje sectorial


Los aranceles recíprocos pueden beneficiar temporalmente a las industrias nacionales expuestas a la competencia internacional, en particular cuando la demanda de importaciones es inelástica respecto al precio. Como documentan Autor, Dorn y Hanson (2013), estas medidas de protección pueden prevenir el colapso de sectores manufactureros sensibles al comercio y generar ganancias electorales en distritos electorales clave. Los modelos de teoría de juegos (Bagwell y Staiger, 2002) sugieren además que los aranceles recíprocos pueden actuar como señales creíbles en negociaciones comerciales reiteradas, en particular cuando las instituciones multilaterales no logran limitar el comportamiento asimétrico.


Ganadores a corto plazo:

  • Empresas nacionales en industrias que compiten con las importaciones (por ejemplo, acero, aluminio, semiconductores)

  • Actores políticos que aprovechan el sentimiento proteccionista

  • Economías con excedente de mano de obra en sectores industriales en declive


Sin embargo, estos beneficios suelen estar concentrados y ser de corta duración, ya que los consumidores enfrentan precios más altos, las empresas absorben los crecientes costos de los insumos y la demanda mundial de exportaciones se debilita.


III. Costos a largo plazo: Pérdidas de eficiencia, represalias estratégicas y erosión institucional


Los modelos de equilibrio general del comercio internacional (Krugman, 1980; Melitz, 2003) enfatizan los costos a largo plazo de los aranceles recíprocos: distorsiones de la ventaja comparativa, mala asignación de capital, menor crecimiento de la productividad y menor innovación. Fajgelbaum et al. (2020) estiman que la guerra comercial entre Estados Unidos y China de 2018-2019 impuso más de 68 000 millones de dólares en pérdidas anuales de bienestar a la economía estadounidense, sin ganancias netas en el empleo ni la producción nacional.


Con el tiempo, los aranceles recíprocos también erosionan la confianza institucional, debilitan la credibilidad de los compromisos comerciales e incentivan la formación de bloques regionales que desvían el comercio, socavando las bases multilaterales de la OMC (Subramanian y Wei, 2007).


Perdedores a largo plazo:

  • Consumidores (a través de precios más altos y menor calidad)

  • Los sectores dependientes de las exportaciones atrapados en ciclos de represalias

  • Los mercados emergentes carecen de poder de negociación recíproco

  • Innovación global y crecimiento de la productividad


Las economías en desarrollo son especialmente vulnerables. Como señalan Rodrik (2001) y Baldwin (2016), estos países a menudo carecen de la influencia geopolítica necesaria para tomar represalias efectivas, lo que los hace susceptibles a la volatilidad de precios, la fuga de capitales y la reducción de la IED en regímenes arancelarios prolongados.


IV. Perspectiva de la economía política: La trampa de la inconsistencia temporal


Los aranceles recíprocos revelan un problema clásico de inconsistencia temporal en la formulación de políticas comerciales (Kydland y Prescott, 1977). Los incentivos electorales para la redistribución a corto plazo a menudo superan los costos de eficiencia a largo plazo que soportan las futuras administraciones o que se difunden en toda la economía. Esta disyuntiva intertemporal es particularmente aguda en las democracias donde las coaliciones proteccionistas, aunque económicamente ineficientes, son políticamente decisivas.


Conclusión: Los aranceles recíprocos como miopía estratégica


Si bien los aranceles recíprocos pueden parecer respuestas racionales a corto plazo a las asimetrías comerciales o a las tácticas coercitivas en la negociación bilateral, su legado a largo plazo es en gran medida negativo. Los precedentes históricos, los datos empíricos y los modelos comerciales formales sugieren un resultado consistente: cuanto más persisten los aranceles recíprocos, mayor es el daño estructural a la eficiencia global, la integridad institucional y la prosperidad compartida.


Las respuestas políticas que enfatizan el arbitraje multilateral, la asistencia para el ajuste dinámico y la creación de confianza institucional tienen más probabilidades de preservar el bienestar global sin desencadenar espirales de represalias.


Bibliografía seleccionada:

  • Autor, D., Dorn, D., y Hanson, G. (2013). El síndrome de China. American Economic Review, 103(6), 2121–2168.

  • Bagwell, K., y Staiger, R. (2002). La economía del sistema de comercio mundial. MIT Press.

  • Fajgelbaum, PD, Goldberg, PK, Kennedy, PJ y Khandelwal, AK (2020). El retorno al proteccionismo. QJE, 135(1), 1–55.

  • Irwin, DA (2011). El proteccionismo en la economía: Smoot-Hawley y la Gran Depresión. Princeton.

  • Krugman, P. (1980). Economías de escala, diferenciación de productos y patrones de comercio. AER, 70(5), 950–959.

  • Melitz, MJ (2003). El impacto del comercio en las reasignaciones intraindustriales. Econométrica, 71(6), 1695-1725.

  • Rodrik, D. (2001). La gobernanza global del comercio como si el desarrollo realmente importara. PNUD.

  • Kydland, FE, y Prescott, EC (1977). Reglas en lugar de discreción: La inconsistencia de los planes óptimos. JPE, 85(3), 473–491.

  • Subramanian, A., y Wei, S.-J. (2007). La OMC promueve el comercio con fuerza, pero de forma desigual. JIE, 72(1), 151–175.

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